Crónicas de la No Vida

Hoy les traigo la primera entrega de este proyecto. Como ya les dije la idea es captar el concepto de "No Vida" desde distintas perpectivas, desde distintos autores (la verdad no se cómo más explicarlo) y poco a pocó ir haciendo una compilación de escritos que le hagan referencia. La idea es que sean originales, pero si encuentro un texto de un sabio que valga la pena incluir aquí estará, además si ustedes quieren contribuir al proyecto ¡bienvenidos sean! No es sino que me digan, la idea es tener diversos puntos de vista y la variedad de escritores llevará a la variedad de autores virtuales de las crónicas.

Crónica 1 por Kaho

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¿Cómo te llamas? Esa es una de las estresantes preguntas que los vivos no se cansan de hacer, al igual que la edad y una gran cantidad de datos de la vida de una persona, cada uno más invasivo que el otro; nunca he entendido por qué lo hacen, y no puedo esconder que me provoca una gran curiosidad, y es que ¿qué importancia tienen el nombre, la edad, el género y hasta la cultura cuando se quiere establecer una relación con alguien de por sí ajeno a tu historia? Bueno, seguramente ustedes tendrán muy clara su respuesta pero después de tantas penas no consigo entender cuál era mi motivación para querer adueñarme de la intimidad de más gente de la que mi manto protector podía abarcar al estar vivo. Quizá ahí este la respuesta, sentirme omnipresente en la vida de otros… Pero me atormenta pensar que yo era de esa manera, por más que apenas estuviera conociendo el espacio no podía tener un carácter tan débil para soportarlo en una ilusión que cada segundo es destruida de diferentes maneras, la mayoría de ellas ajenas a mi conocimiento. Tengo un vago recuerdo de una frase que decía “Conócete a ti mismo”, siempre la metían en un concepto en el que ese hecho era más importante que el contacto con el exterior, pero es prácticamente imposible conocerse a sí mismos, y si llega a pasar simplemente quedas tan fascinado que el mundo exterior se acaba y no te interesa nada más que recorrer por el resto de la eternidad ese laberinto… Hay gente que llega a su entrada por casualidad y les es imposible si quiera moverse de allí por razones morales que algunos hasta descubren que en ellos existen, no pueden seguir adelante ni volver a su vida terrenal… he ahí los enfermos mentales cuyo desorden se basa en no tener control sobre su cuerpo ni sus acciones, es sólo la falta de incomprensión humana, y no me vengan a decir que nunca han juzgado este tipo de condiciones. También otro tipo de “locos” que simplemente pierden el control de lo que dicen a ratos pero físicamente se comportan como cualquier otra persona, hay veces que se escapan rastros de las verdaderas emociones. Pero esa frase no es de mis favoritas. ¿Cuál es? No podría decirlo con exactitud, mi memoria ya no es física por lo que conservo poco de lo que almacenaba en vida pero pueden haber varias en las mentes de los lectores que expresen las relaciones interpersonales. Al entablar una relación con alguien más se podrían estar abriendo las puertas del ser que habita en nuestro interior y que nunca será conocido por nosotros. Mi meta en la vida siempre fue encontrar a esa persona, lo ansiaba tanto… alguien que te escuche y que esté en capacidad de desentrañar toda la suciedad metida en tu cabeza que no te deja vivir en paz, y que sea capaz de ver aquella noble personalidad que se encuentra lejos del alcance del universo entero. Hay gente que nunca lo encuentra porque lo interpreta como el “verdadero amor”, es triste, ¿quién soy yo para decir que mi alma gemela debe ser del género opuesto, de mi religión, o que tiene que compartir en algo mi visión del mundo? ¡¡¡Por favor!!! Yo siempre espere y me preparé para cuando esa persona llegara a mi vida, pero siempre cuidé de no hacerme una imagen de ella; hay que estar abiertos a lo que el mundo nos puede ofrecer y en el caso de nuestro compañero, preparados para recibir toda la carga que nuestra misma educación ha hecho que ignoremos en nosotros mismos… claro que ellos recibirán esa carga que hemos ignorado desde que nacimos.

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¿Cuál es mi punto? Ansié tanto encontrar a esa persona, me preparé tanto mental y físicamente para su llegada que cuando llegó a mí esa absurda casualidad de encontrarme, de saber que mi alma gemela era yo mismo, quedé atrapado en la entrada del laberinto sin movimiento ni pensamiento alguno; mi cuerpo no pudo soportar ese desbalance, toda una vida construyéndome para albergar a dos personas y de repente no queda nada. Entró en shock, terminó en el fondo de un barranco y no llegué a conocer el proceso, sólo sé que cuando mi corazón dejó de latir me liberé de mi prisión porque mi laberinto desapareció dejándome como última referencia la imagen de mi cuerpo sin vida queriendo representar la censura eterna que me representaba a mí mismo. Ahora soy una masa voluble que vaga eternamente por lo que me imagino que muchos filósofos de nominarían éter, no se me ocurre otra posible denominación. He llegado a conocer a muchas personas internamente, sus laberintos… supongo que para ellos resultarían intrigantes como debió haberlo sido para mi en mi turno, pero quizá por la repetición o el concepto de eternidad son estúpidos, ¡sí! Una sarta de veleidades interminables que me hacen despreciar cada vez más el “libre albedrío” y la libertad de pensamiento de la que tanto alarde hacen los individuos de la raza humana. Supongo que esto significa que mi alma gemela nunca existió porque estoy seguro que me interesaría recorrer su pensamiento, o que pereció conmigo. Maldita eternidad. Maldita etereidad.

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Att. (y por complacer vuestras vanas mentes) Francisco