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La diferencia es que ahora hay alguien, y mi melancolía se empapa de un vacío siniestro y con sentido. El hedor que despedían mis pensamientos se ve camuflado por el incienso que envuelve su cuerpo y secuestra el aliento, no pienso en nada y disfruto verlo pasar tras el velo del recuerdo.
Si pudiese tocarlo.
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